Antes que nada quiero terminar de contaros nuestra escapada por Nagoya. Me había quedado en que nos fuimos a unos recreativos y decidimos pasarnos por la planta del purikura y después de los recreativos, recogimos las cosas y nos volvimos a la estación de Kintetsu de Nagoya, no, sin antes cenar (en una restaurante en la estacion) con Chie y Kayo comida tipica de allí : un tipo concreto de Raamen (ラーメン) de cuyo nombre no puedo acordarme.
El Raamen es como una sopa de fideos chinos abundante en líquido, porque está pensado para que no se enfríe facilmente durante el invierno, con lonchas de carne de cerdo y otros muchos ingredientes que varian según la región o lo que te quede en la despensa (como es mi caso). Yo he llegado a hacerme Raamen con maiz, atun, Kimuchi… y vamos… todo lo que pillara!!. Pero bueno… ya me estoy yendo otra vez por las ramas!!. El caso es que, de esta manera tan gastronómica (y el posterior viaje de vuelta durmiendo) se acababa nuestro viaje a Nagoya.
El resto de la semana pasó sin pena ni gloria, hasta, por supuesto, el siguiente fin de semana. El sábado estuve viendo el «Codigo Da Vinci«, en japonés ダヴィンチコード, (creo que yo soy uno de los pocos que ha ido a verla sin haber leído el libro). Y, he de reconocer que la pelicula en sí me gusto, pero me decepcionó el hecho de que creía que iba a ver una pelicula sumida en una trama histórica fundada en un mínimo de rigurosidad y me encontré con una película de ciencia ficcion más cerca de «Star Wars» que de «El nombre de La Rosa«.No hace falta ser un experto para descubrir los gazapos históricos y otras barbaridades del film, así que, supongo que vendran del libro tambien. Habrá gente que de verdad se crea estas cosas??.
Bueno, supongo que los japoneses que la vean, como no han estudiado en el colegio historia de Roma, de las cruzadas o de la religión cristiana con cierta profundidad pensarán que es posible que lo que se cuenta en la produccion sea verdad, pero bueno, en mi opinión, es mas inconsistente que mis composiciones en japonés. Y bueno, con esto y esta panoramica de Nagoya desde lo alto del castillo (que para hoy sí me ha dado tiempo a hacerla) , me despido y doy por acabada la crónica de la escapada.
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