Empiezan mis vacaciones…
¡¡ Qué placer volver a escribir tildes con comodidad, que no os lo había dicho antes!!
Bueno, y ahora sí que sí, comienzo a contaros los primeros pasos de mis vacaciones, que si no me eternizo. Al final, tal y como os dije, debido a cambios de ultima hora, no pude disfrutar de Shanghai en el comienzo de mis vacaciones, tal y como planeé en un principio , así que os contaré a partir de mi llegada a Pekín. Como recordaréis, yo ya conocía la capital del gigante asiático y ya os comenté la primera impresión que me había dado el país. Así que, esta vez, os hablaré más bien de lo que hice por allí y de cómo es la marcha nocturna pekinesa.
Como siempre que voy allí, mi guía, interprete y fiel compañera de fatigas es mi queridísima Kani, que intento seguir enseñándome chino pero lo mas que consiguió es refrescar el poco mandarín que ya me enseñó en Marzo. Como siempre estuvimos en Beijing y alrededores, sin faltar el paseito por «Silk Street» (lo han traducido en español como «Mercado de la Seda») para comprar algo y alguna que otra escapada nocturna con sus amigos (tb los míos) por la zona de marcha (que ahora se situa en los alrededores de la zona olímpica). Estuve en MIX, una de las discotecas más de moda actualmente en la capital de China.

Me percaté entonces que la media de edad de los clientes de este club rondaba los 30 y que nosotros éramos de los mas jovenes, al contrario de VICS, el otro gran símbolo de la noche de Beijing, cuya media esta por debajo de los 25. No obstante, la noche estuvo bastante animada. Salieron unas gogo’s chinas muy modernas: trenzas en el pelo, bronceadas, con piercings aquí y allá y apenas vestidas con el top de un bikini y un pantaloncito minúsculo y se pusieron a bailar sobre las plataformas mientras desde el techo caían delicadamente pompas de jabón (no espuma).
Siento decepcionaros pero los de seguridad no me dejaron hacer fotos (al igual que no me dejaron subir a bailar a una de las tarimas, que se supone que era para el público, pero al parecer solo para el femenino).
Bueno, y ya me voy a ir despidiendo. Intentaré volver a escribir antes de regresar a Japón y contaros mas sobre mis vacaciones, de momento os dejo con esta panorámica de Tallin, capital de Estonia, lugar en el que tuve la oportunidad de reunirme con mi buen amigo Jesús al volver de Pekín antes de llegar a España.