Gundam (ガンダム)
Los músculos me dolían del cansancio. El sudor no me dejaba abrir los ojos… podía notar el latido de mi corazón retumbando en mis oídos. El combate había acabado con sabor a victoria pero yo estaba cansado, muy cansado, más que de costumbre… Quizá me estoy haciendo viejo para pilotar, aunque en el fondo, sé que es mi vida y no puedo dejar de vivir mi vida…
A veces dudo dónde acaba mi ser y empieza el metal. Sólo cuando son mis propios pies los que tocan la hierba, cuando es mi verdadero rostro el que siente la brisa del atardecer, sólo cuando mis labios rozan otros labios o cuando observo el brote de los cerezos con mis propios ojos, me doy cuenta de que sigo siendo humano, totalmente humano. Esta vez, dejaré mi otro yo de 18 metros en este claro de la isla de Odaiba, mientras me pierdo en mi mismo… necesito descansar… necesito reflexionar… Volveré a por él después del verano, mientras podéis ir a visitarlo… 😉