Preciosa mirada perdida
Entré al vagón con prisa… llegaba ajustado de tiempo (para variar). Aún absorto en mis pensamientos me senté en un asiento libre sin apenas mirar junto a quién lo hacía. Levanto a mirada y veo a esa chica vestida con su furisode con su preciosa mirada perdida (ぼんやりした可愛い目) al otro lado de la ventana del tren… había olvidado que hoy es Seijin no hi… mis dedos rozan la bolsa de la cámara, me gustaría fotografiarla. Dudo antes de hablarla, intento medir mis palabras, pero mi corazón habla primero:
– Estas preciosa… – le digo. Ella me mira con inquietud… a veces olvido que estoy en Japón y quizá esa frase resulte muy directa – …y me gustaría hacerte una foto – agrego… sus facciones se relajan, baja la mirada y sonríe… (quizá se pensaba que intentaba ligar con ella).
Ella asiente con la cabeza levemente, saco la cámara, veo que no sabe muy bien que cara poner, hago la fotografía… Muchas gracias – le digo sonriendo, ella vuelve a bajar la mirada antes de esbozar una sonrisa.
Casi inmediatamente después, el tren anuncia la llegada a la siguiente estación, ella se prepara y se levanta. Me mira, como sin saber si decirme algo o no. «Disfruta este día», le digo… vuelve a bajar la mirada y a sonreir, hace una breve reverencia y se va hacia las puertas, antes de desaparecer por ella. Me siento feliz, es curioso como alguien te puede hace sentirte tan bien, sin haber mediado una sola palabra…