Crepúsculo en Fushimi Inari (伏見稲荷で日没)
Cuando el sol comienza a esconderse, la tímida luz de las lámparas del Fushimi Inari Taisha comienzan a titilar… su temblor se refleja en las torii e iluminan el camino de regreso a los turistas y visitantes. El lugar empieza a recuperar su silencio, vuelve a estar desierto, y en ese momento, cuando su magia parece centellear en cada una de esas luces, es cuando más me gusta visitarlo.
La húmeda brisa de los típicos atardeceres de verano de la región de Kansai, se convierte en una caricia adolescente al llegar a mi rostro… solo las chicharras más atrevidas parecen atreverse a romper el silencio y la paz que reina en el lugar cuando la tarde se convierte en noche. Continuo andando… me encanta hacer este camino. El verano y la humedad hace que los mosquitos sean nuestros peores enemigos en la subida, golpeo inutilmente mis gemelos cuando noto que me vuelven a picar… la próxima vez traeré repelente (siempre lo pienso, pero luego nunca lo traigo).
Veo que alguien se aproxima, una mujer japonesa de mediana edad se acerca mirándome con extrañeza, mira también mi cámara… (debe pensar que soy un turista despistado), sin decelerar su paso lo más mínimo, hace una flexión de cuello para saludarme al pasar por mi lado : ゆっくり楽しんで下さい (Tómate tu tiempo para disfrutar) – me dice. Le devuelvo el saludo de cabeza sonriendo y mi boca no puede evitar pronunciar un : まいど! (Gracias en Kansai-ben). Sí, me tomaré mi tiempo – pienso…- dejaré que las horas se escapen entre los días grabados en cada uno de estos torii.