Cenar con una Maiko
Tal y como os comenté en su momento, hace ya algunos años, mi madre y mi tía vinieron a visitarme a Japón, y, por supuesto, me puse a preparar el viaje con meses de antelación. Yo sabía que uno de los sueños de mi madre era conocer a una Geisha o Maiko de verdad, que nos acompañara en una cena privada, como en las películas, así que me puse manos a la obra.
Me fue fácil encontrar salones y eventos en los que maikos amenizaban la cena con bailes y se paseaban a saludar entre las mesas, pero me parecía un «quiero y no puedo«, eso no era lo que buscaba, yo quería una compañía a la «antigua usanza», cenar con una Maiko, pero parecía imposible.
El mundo de la flor y el sauce era más hermético de lo que pensaba y el que yo fuera extranjero (aunque hable japonés) tampoco ayudó mucho. Finalmente, gracias a un empresario jubilado de Kyoto con el que tengo muy buena relación conseguimos que la joven Maiko Fukuyuu de Miyagawacho, nos acompañara durante una cena en una ochaya del mítico barrio de Gion.
Sinceramente, puedo afirmar que esa noche fue uno de los momentos más felices que he vivido en Japón, algo mágico, como vivir un sueño que, cuando se acaba, todavía no sabes si ha sido real o no. Algo que sin duda contaré mis hijos y nietos, porque es algo que muy pocos pueden contar de primera mano. Y por eso lo comparto hoy con vosotros, a pesar de que han pasado varios años desde que se grabó el vídeo.
¿Quién sabe?, lo mismo la joven Fukuyuu ya se ha convertido en Geiko… 🙂
Disculpad la calidad del vídeo, fue tomado por una cámara compacta de hace años con muy poca luz.
¡¡ BUEN FIN DE SEMANA A TODOS !!