El festival japonés del pene

Japonesas chupando caramelos con forma de pene

Sí, se que suena muy directo dicho así, pero es que es más fácil recordarlo como festival japonés del pene, que Kanamara Matsuri, que es como realmente se llama el evento. Aunque no es el «único de su especie», realmente, a lo largo y ancho de Japón y en diferentes épocas se celebran muchos festivales similares a este, de mayor o menor popularidad o conmemorando una causa u otra (ya os hablé de los hombres rosas de Miyano, por ejemplo).

チンコ飴

Este festival shintoísta se celebra anualmente cada primavera en la pequeña localidad de Kawasaki (en la prefectura de Kanagawa, cercana a Tokyo), el primer domingo de Abril en el Santuario de Wakamiya. Lugar que siempre tuvo relación con el sexo ya que, antiguamente, las prostitutas de la zona acudían a rezar para pedir protección o curación de enfermedades de transmisión sexual. Como véis es un matsuri bastante peculiar, ya que ya en los alrededores del templo ya nos encontramos caramelos, dulces, llaveros y todo tipo de productos de forma fálica que os podáis imaginar.

Penis products

El ambiente de la zona es muy alegre, aunque el festival cada año está más lleno de gente, ya que está ganando mucha popularidad por lo surrealista que es, sobretodo entre los visitantes extranjeros. Yo llevo ya varios años en Japón y nunca me hubiera imaginado ver a tantas niponas saboreando caramelos con esas formas tan «caprichosas». No obstante, no todo es merchandising genital, como todo buen festival que se precie hay un sentido. Además de la protección, también se pide por el bienestar de la pareja, la prosperidad de los matrimonios y, por supuesto, por la fertilidad.

Procesión

Todo esto se manifiesta en un desfile en el que participan personas de todas las edades (como podéis ver en la fotografía sobre estas líneas) y en el que destacan tres o-mikoshi (capillas portátiles que llevan entre varias personas mediante unos postes): el falo de metal, el falo de madera y «Elisabeth», el falo rosa:

エリザベス神輿

Todos tienen su significado, por ejemplo, el falo de metal, según la leyenda fue creado cuando un demonio muy celoso se enamoró de una joven humana y se alojó entre sus piernas para que nadie más que él pudiera poseerla, ya que si alguien se atrevía, le arrancaría el miembro con sus afilados dientes estratégicamente ubicados ;). Hasta que le hicieron la trampa de ir con el falo de metal, el demonio, al morder, se rompió los dientes y huyó para siempre.

Alegría
Durante el festival la gente rebosa alegría en cada rincón 😀

El falo rosa, también tiene su historia graciosa, fue donado al santuario por una agrupación de travestis a través de un sacerdote del templo (padre del actual) que se llevaba muy bien con ellos. Esta asociación se llamaba «Elisabeth» y el mikoshi ha heredado el nombre, por eso es siempre llevado por japoneses travestidos:

Travestidos
Algunos japoneses travestidos llevan a Elisabeth
entre risas, cantos y gritos de ánimo 🙂

La verdad es que fuimos un grupo de amigos y nos lo pasamos genial, eso sí, lo veo un evento curioso para conocerlo pero no es algo que iría a ver cada año, además, en mi opinión, se está saturando bastante, aún así creo que es una forma alegre para empezar la semana, así que, aquí os dejo algunas fotos más… ¡Buen comienzo de semana! 🙂

Satoko saboreando
¡Otras los prefieren bien grandes! (las caramelos, se entiende)

Zapaticos Bandera Falo de Metal
En estas fotos más pequeñas también podéis
ver otros grandes momentos del desfile

Atributos
Un asiduo del templo, desde la valla del mismo,
exalta sus atributos vestido para la ocasión 😉

Yo siempre bien rodeado
Y para acabar, yo feliz y contento de la vida rodeado de
unas chiquillas muy simpáticas que conocí en el festival

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