La Batalla de Sekigahara
La Ballata de Sekigahara fue una de las más importantes de la historia de Japón ya que, en el 1600, decidió el destino del país para los siguientes 3 siglos. Este artículo puede leerse de forma independiente o entenderse como continuación de este otro post sobre la vida de Tokugawa Ieyasu (徳川家康), que fue nombrado por Toyotomi Hideyoshi uno de los Cinco Regentes del país durante su ausencia hasta que su hijo (Toyotomi Hideyori), que por entonces era un niño, pudiera gobernar.
Tras la muerte de Hideyoshi durante la invasión de Corea en 1598, se produjo un vacío de poder e Ieyasu comenzó a establecer alianzas estratégicas con importantes personajes de la época. Con la posterior muerte (en 1599) de otro de los regentes: Maeda Toshiie, la situación se desestabilizó aún más. Entonces, Ishida Matsunari, que aunque no era del Consejo de Regentes era muy fiel al clan Toyotomi y líder de los burócratas de su gobierno (además de que era un hombre de contactos influyentes), consideró que los movimientos estratégicos de Ieyasu eran sospechosos y que no podía confiar en él.
Monumento a Ishida Mitsunari en su ciudad natal
Mitsunari consiguió apoyos suficientes (incluyendo el del resto de regentes) y denunció formalmente a Ieyasu con la idea de retirarle de su cargo, lo que no dejó a éste más alternativa que considerar el agravio como una declaración de guerra (ya que era una amenaza a sus intereses). A partir de ese momento los diferentes señores feudales se alinearon en los diferentes bandos: el lado de Mitsunari, llamado «ejército del Oeste» (que defendía los intereses del clan Toyotomi) o el de Ieyasu, «el ejército del Este» (que defendía los intereses de su propio clan, el Tokugawa).
El primer movimiento de Ieyasu fue partir de Osaka hacia el este, para dirigirse a Edo, la actual Tokyo, donde se reuniría con su hijo y otros aliados, para tener efectivos militares suficientes para hacer frente a sus enemigos, en su camino a Kyoto, paró en el castillo de Fushimi Momoyama, bajo el control de su aliado y amigo, Torii Mototada, que prometió que intentaría detener el avance del «ejército del Oeste» para que no pudieran alcanzar a Ieyasu antes de que llegara a Edo y se reuniera con sus tropas. La promesa se hizo realidad: Mototada y sus hombres resistieron durante casi 11 días el asedio de 40mil hombres, y lucharon heroicamente hasta la muerte.
La resistencia del castillo de Fushimi (actualmente reconstruido) fue decisiva
Aunque el castillo fue arrasado, el tiempo ganado fue suficiente para que Ieyasu consiguiera llegar a Edo sin ser capturado y, así, agrupar sus tropas y las de sus aliados (en total más de 90mil hombres) y reorganizar su estrategia. El encuentro definitivo entre ambos bandos fue en Sekigahara (en la actual prefectura de Gifu) y se dice que varios cientos de miles de samurais de varios clanes se enfrentaron en el campo de batalla (las cifras varían entre 160mil y 250mil según las fuentes. La leyenda dice que incluso Miyamoto Musashi, participó en la batalla (curiosamente en el bando perdedor), pero no hay constancia histórica de este dato.
Imagen de obtenida de la wikipedia
de los movimientos de las tropas
Esta batalla acabó con la victoria de Ieyasu y el establecimiento del Shogunato Tokugawa (el último de la historia), que gobernaría el Japón unificado durante más de 260 años. Hideyoshi murió en 1616 a los 75 años, y fue el primer shōgun del clan Tokugawa que fue considerado una deidad (algo que ya habíaa deseado en vida, para poder proteger a sus descendientes eternamente). Sus restos se pueden visitar en la actualidad en los templos de Nikko.