Nagiso (南木曽)
La pequeña estación de Nagiso parece emerger de entre las montañas
Hoy voy a empezar con el relato de mi escapada por los Alpes Japoneses, siguiendo la ruta Nakasendo. Empezaré por nuestro punto de partida, Nagiso (南木曽), una pequeña ciudad de la prefectura de Nagano, a la que llegamos en tren desde Nagoya (con un breve transbordo en Nakatsugawa). Nada más llegar, dejamos el equipaje en las taquillas, ya que nuestra idea era ir inmediatamente a Hogami (保神), una pequeña pedanía en las montañas en la que se celebraba una feria de artesanía en madera (el Rokuro Matsuri) que es muy típico de la zona y, además no suelen ir extranjeros, de hecho, no vimos ninguno, pero a decir verdad, tampoco muchos japoneses ya que es un lugar muy pequeño, pero muy bonito.
Para llegar a este lugar cogimos un autobús que parte junto a la estación (vale 300yenes por persona y aquí tenéis los horarios). Es el mismo que podríamos usar para llegar a Tsumago, solo que nosotros lo cogimos hasta el final de la línea, dejamos Tsumago atrás y empezamos a subir entre las montañas. Tuvimos mucha suerte, porque nos hizo un día muy bueno: cielo despejado, ni frío ni calor, y las vistas, según subíamos, sencillamente impresionantes:
Finalmente llegamos arriba, el pueblo apenas era una calle en las que las tiendas tenían unos telones rojos y blancos anunciando que exponían su artesanía. También había puestos de comida y pequeños talleres donde te enseñaban la forma tradicional nipona de trabajar la madera, que es la que siguen usando en la zona, ya que aquí todo es tetsukuri (手作り), es decir, hecho a mano:
Al parecer, este lugar vive de esto, mayormente de la madera (según nos contaron gente de todo el archipiélago nipón viene aquí a comprar obras únicas), pero también de la agricultura, así que estuvimos probando diferentes productos de la tierra, yo acabé comprando, encurtidos, amazake (un tipo de sake japonés muy dulce) y manzanas, que las de esta zona son famosas en todo el país.
Aunque estos snacks estaban buenísimos al final acabé comprando encurtidos
Eso sí, antes de decidirme por cuales probé muchos tipos XD
También compramos manzanas que nos vinieron genial para después
reponer fuerzas durante la caminata por la montaña
Les encantó que unos «forasteros» se dejasen caer por allí, sobre todo cuando la mayoría de los extranjeros se quedan abajo y no suelen pasar de Tsumago (para iniciar desde allí la ruta de senderismo). En todos los sitios que visitamos fueron muy hospitalarios con nosotros. De hecho, en una pequeña tienda cuya especialidad eran los palillos para comer (o-hashi), la dueña nos sacó unos onigiri caseros para que comiéramos algo, ya que en esa zona no hay ningún restaurante.
El bus de vuelta pasaba cada 2 horas y el último regresaba a la estación de Nagiso a las 18, así que estuvimos atentos y lo tomamos. Tras regresar a la estación, cogimos nuestras mochilas y andamos unos 2 Kilómetros hasta Tsumago, cuando llegamos ya era noche cerrada. Si quieres leer el siguiente capítulo de esta aventura, puedes hacerlo pulsando aquí. 😉