La isla de Bohol

Bohol Sea Resort

Aunque suelen ser los miércoles cuando hablo de mis aventuras fuera de Japón, como ayer fue festivo y anduve un poco perdido (los que me seguís, ya lo sabéis por mi Twitter), he decidido hacer una excepción y continuar hablando hoy de mis viajes por Filipinas, concretamente de la ruta que hice durante el último año nuevo chino. Hoy centraré mi artículo en la isla de Bohol, pero, para seguir un orden mínimamente cronológico, os comentaré, previamente aterrizamos en Manila y apenas pasamos una noche en la capital filipina ya que al día siguiente por la mañana tomamos un vuelo hacia Cebú.

Mariposas - Butterflies
Una turista china con mariposas sobre su cabeza
en un Butterfly garden de Bohol 🙂

Una vez allí tomamos un ferry hacia Tagbilaran, la capital boholana (hay vuelos directos a ella desde Manila pero buscamos en Momondo y vimos que, en ese época del año, se subían de presupuesto). Hay varios tipos de embarcaciones y nuestra idea era tomar una de las rápidas, que apenas tarda dos horas, pero debido a retrasos en los vuelos llegamos tarde para coger la última y tuvimos que tomar el barco nocturno, que tarda 5 horas, eso sí tienes la oportunidad de ir en cama a un precio módico, no obstante aún en el pasaje de primera clase viajábamos en un espacio diáfano que albergaba varias decenas de literas, es decir, compartimos «camarote» con un centenar de filipinos, tal y como comenté en esta foto de mi instagram.

Sonrisas Boholanas
Un grupo de niñas boholanas sonríe al vernos ataviados
con cámaras frente a la panadería de su barrio en Tagbilaran

La experiencia fue bastante curiosa, de hecho, conocí a un par de chicas filipinas en el viaje con las que aún tengo contacto, pero llegamos bastante tarde a Tagbilaran, y nos acostamos. Esta ciudad no es muy grande, pero es muy acogedora, merece destacar la simpatía de los boholanos, que me parecieron más alegres (incluso) que los filipinos de Manila o Palawan, así que fue el cuartel general ideal para nuestras excursiones por la isla. Posiblemente el lugar a visitar más popular sean las «Colinas de Chocolate«, denominadas así por su caprichosa forma y original color, pero que no es lo único que podemos disfrutar.

Chocolate Hills

De hecho, si me preguntárais, me sería muy difícil concretar qué fue lo que más me gustó, porque esta isla tiene de todo: flora (desde zonas de espesa vegetación a playas paradisiacas), fauna (desde delfines hasta tarsier – en castellano, tarsero -, una especie de primate enano que se da en muy pocos lugares del planeta) e historia (catedrales, torreones, fortalezas y otros edificios coloniales). Ya os hablaré más detenidamente de cada cosa, pero de momento, espero que este artículo y las fotografías que lo acompañan, os haya servido para dejaros la miel en los labios.

Edificios coloniales

Tarsier
El Tarsero es una especie muy especial de primate que se dá en esta isla

Panglao paradise
Una de las fabulosas playas de Panglao

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