Kagami biraki (鏡開き)
Como ya comenté cuando hablé del Kagamimochi, el 11 de Enero es una fecha que se suele asociar con el Kagami biraki (鏡開き), una ceremonia tradicional japonesa para dar la bienvenida al Año Nuevo en la que, como ofrenda a los dioses, se rompe el kagami mochi y se destapan barriles de sake japonés, que después serán ingeridos por los participantes, que comerán el mochi y beberán el sake para así recibir el beneplácito de las deidades. Aunque la fecha que más se asocia a esta costumbre es el día 11 de Enero, no en todo Japón se celebra en esta fecha, depende mucho de cada región o incluso de cada pueblo, pero siempre se realiza durante el mes de Enero.
Tradicionalmente esta ceremonia solo se realizaba en santuarios y capillas sintoístas pero, en muchos casos, se ha perdido parte del valor religioso y se celebra como tradición. De esta forma, es posible que veáis que se realiza este ritual en las casas, en eventos deportivos, en bodas y hasta en discotecas, siempre con el mismo sentido: desear buena fortuna a los que participan en tal evento. Cuando se realiza en familia y se rompe el Kagamimochi que había permanecido en la casa durante el año nuevo, se suele comer bañando los trozos del mochi en zenzai una sopa dulce realizada a partir de judía de Azuki.
Los pedazos blancos del mochi contrastan con el color rojo de la sopa zenzai
El nombre de «Kagami Biraki» tiene dos términos, kagami (鏡), que significa espejo, y Biraki (開き), del verbo Hiraku (開く), que significa abrir, es decir, literalmente significa «abrir el espejo». Lo del espejo viene por el tipo de mochi que, por la forma, se asemejaba a un espejo de bronce que se usaba antiguamente en algunas ceremonias religiosas. Por otro lado, se usa el verbo «abrir» debido a que verbos como «romper» o «cortar» difícilmente pueden ir asociados a la buena suerte y ya sabéis que los japoneses son bastante supersticiosos y en esto no se la juegan.
Aunque no se sabe desde qué año exacto se lleva practicando esta ceremonia, se cree que nació durante el mandato de Tokugawa Ietsuna, el cuarto Shogun Tokugawa, a finales del s.XVII, cuando sus regentes y señores feudales se reunieron tras haber impedido la rebelión Keian y compartieron mochi y sake en el castillo de Edo, para desear que el resto del mandato fuera más pacífico.
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Las imágenes de este post han sido obtenidas del Japan Arts Council y la Wikipedia