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Puerto Galera

Puerto Galera (Filipinas)

Puerto Galera

Ya se que son los miércoles cuando suelo hablar de mis aventuras fuera de Japón, pero como ayer, 14 de Marzo, fue un día especial: el White Day, esperé al jueves (de forma excepcional) para hablaros de Puerto Galera, en la zona norte de la isla de Mindoro, en Filipinas. Un lugar para disfrutar de la playa ideal para una escapada desde la capital entre colores y sonrisas.

Sonrisas de colores

Si es cierto que en Filipinas hay islas perdidas paradisiacas y otros lugares más adecuados para realizar actividades náuticas, este lugar, me parece una gran alternativa si quieres ahorrarte muchas horas de transporte o el coste de coger aviones desde Manila. Para llegar hasta Puerto Galera, nos basta con coger un bus desde la capital hasta el puerto de Batangas (unas 2 horas dependiendo de cómo esté el tráfico) y luego una embarcación que dura otras 2 horas aproximadamente.

Sentada en la playa

En el lugar podemos encontrar varias playas (Coco, La Laguna, Tamaraw…), pero los barcos suelen para en las dos principales : White Beach y Sabang Beach. Yo, de estas dos, personalmente, prefiero la primera, pasé esta nochevieja en White Beach con mis amigos Pak Muñoz y Pablo Ientile y nos lo pasamos en grande. La otra, Sabang, me pareció más un barrio rojo junto a una playa que otra cosa, aunque también se pueden realizar actividades en ella.

Sobremesa

Se puede viajar entre unas playas y otras mediante un servicio de autobuses (bastante escaso) que hay durante el día o negociando en cualquier momento (hasta altas horas de la noche) con los conductores de motocicletas con sidecar que viven en la zona. También, tal y como me recuerda Chiqui, se pueden fletar barcas para ir a playas inaccesibles por tierra. Respecto al alojamiento, se pueden encontrar precios muy baratos incluso a primera línea de playa, podéis negociar directamente al llegar allí o reservarlos con cierta antelación por internet en páginas del estilo HostelBookers.

Mostrador

Si viajáis en familia, White Beach puede ser una posibilidad, cuando fuimos había bastantes familias (aunque la mayoría de otras zonas de Filipinas) y el ambiente era muy seguro y amistoso. Cuando estuvimos allí: había gente de todos los lugares:Japón, Corea del Sur, Oriente Medio, Europa… y había bastante buen rollo, al cabo de unos días casi todo el mundo conocía a «los tres españoles» (aunque, realmente, uno de nosotros es argentino) y nos iban saludando al pasar. 🙂

Niños jugando en White Beach

La verdad es que me encantó estar allí, aunque eché de menos un poco más de variedad gastronómica (solo había marisco y fritanga), las horas se consumían entre horizontes llenos de color, susurros de un mar tranquilo y la seducción de una brisa que intentaba hacer que te olvidaras del calor. Nunca había pasado un fín de año lejos de casa tan cálido y la verdad es que me encantó la experiencia.

Actividades en Puerto Galera

En conclusión, aunque no es el mejor lugar para hacer buceo u otras actividades náuticas, ni de las playas más paradisiacas que nos puede ofrecer Filipinas, me parece una alternativa cómoda y económica desde Manila para pasar unos días tranquilos de playa y disfrutando de preciosos atardeceres. 🙂

Puerto Galera Sunset

Nochevieja en White Beach

Guitarras Azules

Después de una semana de inactividad bloguera, vuelvo con la crónica de cómo fue para mí fín de año. Hacía tiempo que tenía ganas de pasarlo en un ambiente playero y cálido, y aprovechando que otros amigos viajeros iban a estar la zona, decidimos organizarnos para pasar la nochevieja en White Beach, en Puerto Galera, un lugar de Filipinas del que ya os hablaré más adelante.

Korean friends in Puerto Galera

Allí coincidimos con pequeños grupos de gente de diferentes países, aunque los más numerosos eran los coreanos que vinieron en un viaje organizado por la universidad para pasar la nochevieja y se contaban por decenas. En la foto superior estoy con algunas de las chicas coreanas que conocimos. Bajo estas líneas estamos los 3 viajeros que nos juntamos allí, de izquierda a derecha, Pablo Ientile (ilustrador argentino afincado en Europa que ahora está recorriendo Asia en su proyecto «illustration around the world«, y que vino desde Taiwán), Pak Muñoz (amigo de mi Madrid natal, que es un viajero empedernido y que llegaba de Tailandia para quedarse por aquí unos meses) y, el último, yo… el despeinado. 😛

DSC_1738

Allí pasamos unos días estupendos, disfrutando del lugar, conociéndonos mejor, compartiendo cervezas, risas, diferentes puntos de vista y experiencias viajeras, no sabíamos muy bien lo que nos encontraríamos en nochevieja…y simplemente la dejamos llegar y llamar a la puerta. La tarde pasó tranquila, disfrutamos de un maravilloso atardecer, el último de 2011, y cenamos relativamente pronto (básicamente cuando nos entró hambre).

Little girl Watching the sunset

Por la noche, este tranquilo lugar se transforma. No se si es así durante todo el año o fue solo el ambiente internacional que esperaba la llegada del nuevo año, pero con el crepúsculo, las embarcaciones se rindieron al sueño en la arena, mientras que los locales en la playa, encendían todas las luces, servían comida y bebida por doquier al ritmo de una música cuyos altos decibelios no dejaba escuchar el susurro del mar que apenas estaba a unos metros.

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Según se iba acercando la medianoche, nos aproximamos al mar, muchos abandonamos las carpas y los locales y nos amontonamos mirando nuestros móviles y relojes, en la húmeda arena. Sonó una alarma…»¿Ya? ¡Según mi reloj queda un minuto!»… «Según el mío 40 segundos»… muchos ya se estaban abrazando y daban saltos…»¡pero qué mas da!», estaba tan acostumbrado a un año nuevo con cuartos, campanadas y tanta sincronización que este año nuevo de frontera difusa me había desconcertado. ¡Feliz año nuevo! gritamos… y abrazamos a desconocidos… y gritamos en todos los idiomas que conocíamos y algunos otros que solo el alcohol de esa noche nos dejó conocer… ¡Feliz año nuevo a todos!

ビーチ花火

Algunas bengalas, sobre la arena, se aliaron con petardos y cohetes, para dar luz entre los gritos de buenos deseos… luego llegó la euforia, los bailes llenos de sudor a quemarropa, las eternas charlas con desconocidos que no lo serían nunca más y el fuego de las cariocas… el resto, supongo que no se diferencia mucho de cualquier nochevieja fiestera que hayáis vivido vosotros, así que no hace falta que lo cuente… mis mejores deseos para todos en este 2012…

Fire Poi
Este tío era un artista, aquí podéis verle más de cerca