Dai Chōchin Matsuri (大提灯祭り)
El Dai Chōchin Matsuri (大提灯祭り) es un festival de los muchos que se dan en la época estival japonesa. Este es especialmente visual y colorista, uno de esos que se dan en barriadas y pequeños pueblos y que enamoran al visitarlos. No es un festival muy conocido y en eso reside su magia, se celebra mediados de Julio y Agosto en las afueras de la ciudad de Nishio, cerca de Nagoya.
El festival tiene lugar en el santuario Sintoísta de Suwa Jinja. Para llegar hasta allí hay que tomar un tren de la línea Meitetsu y luego un autobús. Tras ello, no hacen faltan muchas indicaciones, solo tendremos que andar un poco hasta encontrar los típicos puestos o Yatai (véase la imagen superior), siguiendo el camino de tiendas y de gente en yukata pronto llegaremos al lugar adecuado. 😉
Su nombre significa literalmente «el festival de los grandes faroles«, ya que Dai(大) significa grande y chōchin (提灯) se refiere a los farolillos de papel ilustrados (al estilo de China, de hecho son originarios de allí). ¡OJO! Esta palabra se lee con «O» larga, es decir, no se lee «chochín» ni es el festival de los grandes chochines. XD
Si cae en día de diario, como fue mi caso, el ambiente es genial, por que no está saturado de gente y, sobre todo, se ven familias y gente joven. Me hizo gracia cómo las chiquillas se saludan entre ellas, diciendo lo bonitas que son las yukatas (kimonos de verano) de unas y otras, pero cuando vino un grupo de ellas con ropa de calle, también empezaron a decir 可愛いね!(kawaiine), en plan… «¡Que monas qué vaaaais!» y se pusieron a hacerlas fotos. Yo me partía… aquí todo vale… xD
Todo esto es el previo, ya que el momento álgido del festival viene con el anochecer, cuando se iluminan los farolillos. Durante toda la tarde, el personal responsable abre los faroles y permite a la gente que se asome a ellos (sin entrar), pero con el atardecer meten unos farolillos más pequeños dentro de los grandes para iluminarlos levemente, lo suficiente para mantener a los espíritus malignos alejados, ya que ese es el motivo de este festival.
Según la leyenda, hace ya más de cuatro siglos que los espíritus malignos del mar empezaron a entrar cada otoño a las tierras cercanas desde la bahía de Mikawa para robar y saquear las cosechas, arrasando con todo lo que se cruzaban. Finalmente, los campesinos, se reunieron en el santuario de Suwa y oraron para ahuyentar a los demonios. La solución que se les dió fue que, si hacían faroles lo más grandes que pudieran y los iluminaban ciertos días del verano al atardecer, en el otoño ningún espíritu malvado les molestaría.
Y así fue… desde entonces, cada verano desde hace más de 400 años, la tenue luz que titila en el interior de los grandes faroles manteniene a los demonios del mar alejados y al pueblo unido en una fiesta llena de colores…