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Trenes entre los cerezos de Kyoto

Trenes entre los cerezos de Kyoto

Ya os he hablado en múltiples ocasiones de la belleza del cerezo japonés, el sakura, durante las primeras semanas de Abril,de hecho, en breve espero poder hablaros del Hanami de este año. pero hoy, os vengo a hablar de no solo de la belleza de estos árboles, si no de un lugar muy curioso, al que ya fui hace muchos años y al que la gente va a ver y fotografiar los trenes entre los cerezos de Kyoto: la línea Kitano de la red ferroviaria Randen.

Trenes entre cerezos

Randen(嵐電)son unas serie de pequeñas líneas ferroviarias pertenecientes a la empresa Keifuku y que operan mayoritariamente en Arashiyama, de ahí su nombre: RAN (嵐, primer kanji la palabra Arashiyama: 嵐山) y DEN (電, kanji que significa electricidad, pero que en este caso es la abreviatura de Densha Kidō – 電車軌道 – que significa línea ferroviaria ligera), de hecho, esta línea se llamaba originalmente Arashiyama Densha Kidō (嵐山電車軌道).

Randen Line
Foto tomada desde la cabina del tren

Como véis en la foto sobre estas líneas, tomar esta línea en las fechas en las que el cerezo está florecido es una auténtica gozada, ya que es como si estuvieras pasando en un túnel de sakura, para después bajar y hacer fotos desde la otra perspectiva: desde abajo, para deleitarnos con escenas como las que acompañan este artículo de los trenes pasando entre los cerezos, participando así en el festival de colores que ya de por sí, nos ofrece la mágica primavera de Kyoto.

Trenes entre cerezos

El lugar donde tomé estas fotografías está geolocalizado en mi instagram, y más abajo tenéis el punto exacto en GMaps. Para llegar hasta este punto se puede ir en autobús desde diferentes puntos de Kyoto, pero yo recomiendo ir hasta la estación de Uzumasa de JR (tomando desde Kyoto el mismo tren que el que va Arashiyama) y transbordar allí a la línea Kitano de Randen para disfrutar del túnel de cerezos desde el tren antes de hacer fotos desde abajo (esto es lo que yo hice). Incluso se puede ir paseando desde la estación de Uzumasa (que también es la estación donde nos bajaríamos para ir a Eiga mura, ya que son unos 15 minutos andando y el paseo por esas calles es bastante agradable.

Espero que os haya gustado este post (y las fotografías) y recordad que, si queréis descubrir Japón de una forma única puedes viajar a Japón o contratar tu visita guiada en español con nosotros.

Trenes entre cerezos

Pétalos de cerezo sobre Kyoto

Estas semanas es cuando florece el cerezo y el paseo del filósofo deja de ser filosofía para convertirse en poesía. Y cuando los pétalos caen y bailan con el viento la danza del sakura fubuki, el agua del canal se esconde tras el blanco de las flores, como dejándoles que se despidan por última vez de los visitantes hasta el año siguiente. Este es el llanto de los cerezos en el uno de los lugares más bellos de Kyoto y aquí os lo traigo en este breve vídeo de la «serie 2 minutos«. Espero que os guste.

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El paseo del filósofo de Kyoto

Philosophers Walk - Kyoto (iPhone4)

De nuevo, perdonad que tarde tanto en actualizar pero es que no paro, acabo de aterrizar de un viaje «relámpago» de negocios a Hong Kong y voy a aprovechar que estamos en plena primavera para hablar de uno de los rincones de Kyoto que más bellos están en esta época, aunque, a decir verdad, toda la ciudad está preciosa. Se trata del paseo del filósofo de Kyoto, un camino de unos dos kilómetros que bordea un canal que discurre entre cerezos, templos, santuarios y tiendas de recuerdos, dulces y artesanía.

哲学の道

El camino recibe su nombre en referencia a Kitarō Nishida, un célebre profesor de filosofía del siglo pasado que recorría este camino para inspirarse y meditar (su tumba puede visitarse en Kamakura). El camino comienza cerca del pabellón de plata, y acaba en el templo Eikando Zenrin-ji, aunque dicen que el filósofo continuaba su paseo hasta en el Nanzenji. Hacer este paseo es una delicia en cualquier época del año, pero las primeras semanas de Abril es sencillamente impresionante:


Este es el adelanto que di
el año pasado en Instagram

Estas semanas es cuando florece el cerezo y el camino deja de ser filosofía para convertirse en poesía. Y cuando los flore caen y bailan con el viento durante el sakura fubuki, el agua del canal se esconde tras el blanco de los pétalos que lo navegan, como si la propia naturaleza les dejara despedirse hasta el año siguiente de todo aquel que se pare a observarlos.

Río de pétalos de cerezo (iPhone4)

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Jōruri-ji (浄瑠璃寺)

Jōruri-ji

Hoy me gustaría seguir hablando de los templos que descubrí durante la ruta de senderismo que hice por el valle del río Kizu, en la frontera entre las prefecturas de Nara y Kyoto, un emplazamiento privilegiado al que los turistas no llegan y que permiten que viajes en el tiempo hasta regresar a los principios de la era feudal japonesa. Esta ruta, me llevo inicialmente me llevó al templo Gansen-ji (岩船寺), del cual ya os hablé en este post. Pues bien, a apenas 1,5Kms encontramos este otro que hoy nos ocupa: el Jōruri-ji (浄瑠璃寺).

浄瑠璃寺

Este templo es uno de los pocos de la rama budista «Tierra Pura» que sobreviven y aún conservan su jardín desde principios del período Heian aunque si bien es cierto que ha tenido varias restauraciones a lo largo de la historia, siendo la última la de 1976, en la que se hizo un gran trabajo de recuperación del jardín. En el interior del edificio principal (sobre estas líneas) reposan estas 9 imágenes del buda Amitābha que representan las 9 etapas del nirvana:

Amida Nyorai

Estas permanecen en el lado oeste del lago, que representa el paraíso. El estanque, en el centro, representa la frontera entre el mundo de los vivos y de los muertos, por eso, en el otro lado encontramos una pagoda que, en su interior, tiene una imagen de un buda curativo: Yakushi Nyorai, muy necesario en el mundo de los vivos, pero que carecería de mucho sentido en el de los muertos. Esta orientación con un estanque en medio es muy típica de los jardines de esta rama del budismo.

Jōruri-ji Pagoda

Inicialmente, el templo era solo el edificio principal, que fue construido en el 1107 de nuestra era en una localización que no se conoce con exactitud, lo que si se sabe es que fue trasladado a su ubicación actual en 1157. La pagoda se trajo desde Kyoto, poco después, en 1178 para albergar la imagen que traería el equilibrio espiritual al «cosmos» que, en definitiva, es lo que quieren representar este tipo de jardines.

Jōruri-ji Hondō

Para acceder a este templo, podéis andar desde el Gansen-ji (岩船寺) o, si queréis venir aquí directamente, ir en tren hasta la estación de Kamo de la línea JR, salir por la salida este (東口) y tomar un autobús comunitario de la línea 10 o directamente tomar el autobús expreso 112 desde la estación de Nara (ya sea la de JR o o la de la línea privada Kintetsu). La entrada al templo cuesta 300yenes por persona (haz clic sobre la cantidad para ver el cambio en Euros)

No me gusta que me digan Sayonara

LABIOS

Las puertas del vagón se volvían a cerrar. El tren que nos llevaba de Kyoto a la vecina Osaka seguía su marcha. Había bastante gente (la gran mayoría, jóvenes) pero yo estaba sentado y no prestaba mucha atención. Había bebido algo de vodka con un amigo antes de montarme, aún podía sentir partículas aromáticas de la bebida emanando de entre mis labios, pero no eran lo suficientemente fuertes como para combatir el característico olor de los vagones de la línea Hankyu. Me gusta coger esta línea, es económica, hay pocos turistas y para mí siempre estará rodeada de cierta melancolía, ya que es la que tomaba cuando empecé a vivir aquí y tenía que moverme a cualquier punto de Osaka desde el campus de Minoh.

No-No-chan tímida

Cuando el tren paró en la siguiente estación, la mujer que estaba a mi lado se levantó de su asiento para apearse y, en su lugar, se sentó una chica joven, aunque no pude definir su edad. Llevaba la cara oculta tras una amplia mascarilla y su cabello apenas me dejaba distinguir dos vivarachos ojos, así que era difícil saber de qué edad sería, pero yo apostaba que no mas de veinte. Ella, al percatarse de mi escrutinio, sonrió. Pude saber que sonreía por que sus ojillos se estrecharon detrás de su flequillo y ella acompañó el gesto con un breve movimiento de cabeza, ejecutado de una forma tan sutil (pero espontánea), que dejaba claro que era una reverencia y no una señal de asentimiento.

El que espera, desespera

Mi móvil comenzó a vibrar en el bolsillo (en Japón siempre lo llevo sin sonido) miré quien llamaba, acepté la llamada y, en voz muy baja, dije brevemente que estaba en el tren y que luego volvería a llamar:»Ima densha no naka, ato de denwa shimasu ne!»(今電車の中。後で電話しますね!). Esto se hace por que aquí es de mala educación hablar por teléfono en el transporte público (aunque hay gente que lo hace, pero la mayoría de los nipones, si lo cogen, es para decir que luego llamarán y cuelgan rápidamente como hice yo). El caso es que la chica de al lado me escuchó hablar japonés y me dijo una de las tres frases que más escuchará un expatriado en Japón a lo largo de su vida:

Ayako chan found something !

«Nihongo jouzu ne!!»(日本語上手ね!) algo así como un «¡Qué bien hablas japonés!». Las otras dos son «O-hashi jouzu ne!!»(お箸上手ね!) que significa «¡Que bien comes con palillos!» y la última es «Kakkoii!»(かっこいい)» que significa «¡Que guapo!» o «¡Que chulo!». No me malinterpretéis, no digo que no guste el escucharlas… al fin y al cabo es un halago, al principio hace mucha ilusión (sobretodo la primera o la última), pero cuando después de un tiempo oyes que durante años te las dicen diferentes personas con el mismo tono, de la misma forma y cuando ni estás guapo, ni has hablado más allá de un «¡gracias!», ni has empezado a comer con los palillos, entiendes que realmente no significan nada, simplemente es una forma de iniciar una conversación con un extranjero haciendo que se sienta bien.

DSC_5055

Como la chica se había sorprendido de que hablara japonés, respondí comentándola que ya llevaba muchos años en Japón, que había estudiado en tal y cual universidades, que había trabajado para tal y cual empresas y, así, como quien no quiere la cosa acabamos hablando de nuestras vidas… El tren llego a Umeda, final del trayecto, y allí nuestros caminos se separaban, antes de pasar la máquina de control de billetes y, con una distancia prudencial, ella se paró frente a mi y me dijo que le sorprendía el haber tenido una conversación en japonés tan larga con un extranjero, que era la primera vez que le pasaba, que iba a estudiar inglés con mucho más esfuerzo ahora que me había conocido y que esperaba algún día hablar un idioma extranjero como yo hablaba japonés. Esta vez sí que pude notar total sinceridad en sus palabras.

Yo te hice la foto antes

Yo insistí en que aún me quedaba mucho por aprender, que era un idioma muy difícil y que no se impresionara, que al fin y al cabo, solo había sido un japonés «nivel conversación de tren» (sus ojillos volvieron a entrecerrarse delatando una nueva sonrisa bajo su mascarilla). Acompañé mis palabras de agradecimiento con una reverencia, ella me respondió con otra. Antes de darse media vuelta e irse me dijo «Jaa, mata kondo ne!»(じゃあまた今度ね), algo así como un «¡Hasta la próxima!», respondí «mata ne»(que se podría traducir como «nos vemos» o «hasta pronto») y esta vez fui yo quien sonrió. Me encanta la gente que se despide sabiendo que, por muy grande que sea el mundo te volverá a encontrar. En cambio, no me gusta que me digan Sayonara, aunque sea por mera formalidad.

Qué ver en un día en Osaka

新世界 Taken by iPhone
El Shinsekai es una de las zonas más «castizas» de Osaka

Ya regresé de mi escapada en la India y en breve escribiré un post respecto a mi experiencia allí, pero claro… me he encontrado con más de 1500 fotografías y me he dado cuenta de que me va a llevar un tiempo seleccionarlas, ordenarlas y procesarlas, así que ese post tendrá que esperar. Así que, para reanudar el blog, viendo el éxito de mis artículos de qué ver en un día en Nara o qué ver en Kyoto en un día usando los buses públicos, he decidido hacer lo propio con la que es mi ciudad favorita de Japón (y la que he elegido para vivir). Y, en un ataque de ingenio, he llamado a este post: «Qué ver en un día en Osaka«.

大阪駅

Esta visita está pensada para ser completada en un mismo día, así que podéis realizarla estando en Osaka o viniendo desde ciudades cercanas como Kobe o Kyoto. Suponiendo que lleguemos de estos lugares, nuestro punto de partida será la estación de JR Osaka (imagen sobre estas líneas), situado en el barrio de Umeda (¡Ojo!, no la confundáis con Shin-Osaka, la estación a la que llega el Shinkansen). Este barrio es uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. Al salir de la estación seguro que os destacará un edificio: el Umeda Sky Bulding, que tiene un espléndido mirador 360 grados en la parte de arriba al que (si os apetece) podríais venir al atardecer antes de volver a vuestro punto de partida. Si prolongáis vuestro paseo por esta zona, recomiendo que también os acerquéis a echar un ojo al curioso edificio Gate Tower, famoso por estar atravesado por un carretera:

Gate Tower Building

Tras visitar el barrio de Umeda y perdernos por el barrio financiero, sus calles comerciales y los shōtengai (galerías cubiertas), recomiendo visitar el espectacular Castillo de Osaka. Para ello, habría que tomar la línea circular de JR hasta la estación de Ōsaka-jō kōen y atravesar los jardines desde la parte de atrás hasta llegar al castillo. Tras ello, lo ideal sería salir por el lado opuesto y volver a tomar la línea circular en la estación de Morinomiya. Aquí os dejo un episodio de Japoneando, que grabé con mi amiga Lei, sobre este lugar.

Nuestro siguiente paso, nos llevará hasta la estación de Shin-Imamiya, desde la cual divisaremos el enorme edificio Abeno Harukas en la lejanía. Saliendo por la salida este, podéis dirigiros al distrito de Shinsekai, que alberga la torre Tsūtenkaku (通天閣). Una vez hayamos llegado a este barrio, aconsejo tomarse un descanso y comer uno de mis platos favoritos de la gastronomía japonesa: el kushikatsu, que además es algo típico de este lugar. En las cercanías también encontraremos tiendas de moda vintage, varios restaurantes de Fugu y hasta un enorme balneario, el Spa World.

Heading Tsutenkaku

Tras ello, recomiendo continuar en dirección norte hacia Namba, para lo cual, tendremos que atravesar Den-den Town, el barrio de la electrónica y la cultura «otaku» de esta ciudad, algo así como el equivalente a Akihabara en Tokyo, pero bastante más pequeño y sin tanto gentío. Aquí encontraremos Maid-café y multitud de tiendas de todo tipo dignas de ser vistas tranquilamente. No obstante, si no sois muy «frikis», podéis saltaros esta última parte e ir en JR o metro directamente a Namba.

Gamers

Una vez allí, os recomiendo dar una vuelta por Namba Parks y perderos por los alrededores del Hozenji Yokochō y Amerikamura antes de acabar en Dōtombori (道頓堀), una de las zonas más marchosas de la ciudad, donde encontraréis bares, izakayas, restaurantes, karaokes y, por supuesto, el nuevo cartel de Glico. En esta zona también podréis tomar takoyaki del bueno, no obstante, si preferís un sitio más elegante y tranquilo para cenar, podéis volver a Umeda para tener una panorámica de la ciudad desde el mirador del Sky Building e ir después a cenar con unas buenas vistas.

つぼらや

Por supuesto, este itinerario es uno de los muchos que se pueden hacer en esta ciudad, quizá otras personas recomienden otro, ya que han quedado fuera del mismo lugares tan emblemáticos como el acuario de Osaka, el templo de Shitennō-ji (uno de los más antiguos del país), o Tsuruhashi (el barrio coreano). Tampoco he incluido visitas a los alrededores de la ciudad, como el castillo de Kishiwada o el Bampaku Kōen. Para acabar os dejo con el itinerario en GMaps para que os hagáis una composición de lugar:

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