Este post es simplemente para comentarios el viaje que comenzaré la semana que viene, un viaje por Vietnam de norte a sur, no solo por volver a visitar esta país, que me encanta, si no por que será uno de los próximos destinos que introduciremos el año que viene en nuestra empresa de turismo alternativo viajarpor.asia y estoy deseando mostrarlo con tanta pasión como hago en los viajes a Japón.
Será un viaje que me servirá para cambiar de aires aunque sea un viaje de trabajo ya que espero cerrar varios acuerdos de colaboración con hoteles y empresas que me servirán de apoyo local en la zona. También aprovecharé para prospeccionar la zona y terminar de definir el itinerario definitivo. Os mantendré informados por aquí. 😉
Hoy, como cada miércoles, dedico el post a mis viajes fuera de Japón y esta vez, ya que estoy en Vietnam, daré un consejo personal sobre como tramitar vuestra Visa de Vietnam on arrival por internet. Con «On arrival», me refiero a que puedes hacer tu visa en el aeropuerto internacional al que llegues al país, al bajarte del avión y llegar a inmigración. Muchos países permiten hacer esto sin problemas, por ejemplo así lo hice cuando fui a Kenia, pero ¡OJO! en Vietnam no se puede hacer a no ser que tramites previamente un certificado.
Las ventajas de hacer el visado para Vietnam de esta forma es que nos ahorramos tiempo, dinero y desplazamientos a la embajada/consulado que se precie. A continuación daré instrucciones paso a paso de como realizarlo. 1. Vamos a la web: MyVietnamVisa.com, que pertenece a una agencia autorizada por el gobierno. Ahí podemos ver los requerimientos para obtener la visa dependiendo del país del que seamos. 2. En el caso de los españoles, para ir como turistas no tenemos requerimientos especiales, así que podemos ir directamente a esta página, para aplicar por la visa. 3. Elegimos las opciones que deseemos (número de visas, de qué cuantas entradas, tiempo de trámite, etc.) 4. Rellenamos los datos de los solicitantes (email, Nombre, nacionalidad, fecha de nacimiento, número de pasaporte, etc) 5. Pagamos un cargo por servicio cuya cuantía varía dependiendo de las opciones elegidas, la más común (visado de un mes con una sola entrada y 48horas de trámite) nos costará 19,99US$ (pulsa sobre la cantidad para ver el cambio a euros). 6. Puntualmente (yo puse 48horas y me llegó en menos) nos llegará al email un PDF o JPG con el certificado escaneado en el que figuran los nombres de los aplicantes. Imprimidlo y guardarlo bien que esta es vuestra garantía de entrada al país.
Fragmento del documento que recibí aprobando mi aplicación al visado
Lo que hemos pagado hasta ahora son las tasas de servicio de la agencia intermediaria, pero no la estampa del visado, que se paga en dólares americanos al llegar, así que atención a los pasos finales: 7. Si vais a llevar dólares reservad 50 por persona (o la cantidad que corresponda a cada caso) para el pago del visado. En mi caso, como llevaba yenes para luego cambiar allí, cambié solo 50US$ (pulsad sobre la cantidad para verla en Euros), podéis hacedlo en cualquier oficina de cambio antes de partir, ya que en la estampa del visado sólo aceptan dólares americanos, ni si quieran aceptan Dongs (la moneda local vietnamita) 8. Tras aterrizar en Vietnam, al llegar a la zona de control de pasaportes en inmigración, buscad donde está la ventanilla de «Visa On Arrival» (suele estar en los extremos de la sala). 9. Cuando la encontréis rellenad el formulario y entregadlo en la ventanilla junto con el certificado, vuestro pasaporte y los dólares(en mi caso 50), en unos minutos os lo devolverán con el visado estampado y podréis pasar inmigración sin problemas. Si no hay mucha gente en la ventanilla este proceso no debería durar más de 10 minutos.
Este es el visado que saqué usando este método, como véis, aún en vigor
Como véis, además de ahorrarnos el ir a la embajada/consulado vietnamita, el proceso ha sido más rápido e incluso nos ha salido un poco más barato, nos ha costado 50+19,99= 69,99US$ (pulsa sobre la cantidad para ver el cambio a euros) y hacerlo en embajada creo recordar que eran 60Euros.
Sí, creo que después de leer el título del post no hace falta decir mucho más, tras unas semanas bastante ajetreadas en Japón (a todos los niveles), llegué ayer a Vietnam donde estaré casi dos semanas por motivos laborales. Ya tenía ganas de volver, ya que la última vez que vine fue hace dos años y medio y ya lo echaba de menos.
El caos del tráfico protagonizado por las motocicletas es una estampa habitual de las grandes urbes en Vietnam.
Aunque he aterrizado en la ciudad de Ho Chi Minh, también pasaré unos días en Hanoi. me hubiera encantado visitar el centro del país esta vez, pero al viajar por trabajo se me hace más difícil sacar días. Como véis no paro y esto repercute en el ritmo de actualización del blog, pero espero volver a mi ritmo habitual en breve.
Ayer cené en esta terraza vietnamita especializada en Hot Pot
Hoy, como cada miércoles, os hablaré de mis aventuras fuera de Japón, algo que me gusta hacer mucho cuando viajo por países del sudeste asiático: perderme por sus mercados, creo que son la máxima expresión de que algo cotidiano en un país puede ser muy exótico para la gente de otras sociedades y culturas. Sobretodo si son los mercados que usan los propios locales, no los típicos en los que intentan colársela cada dos pasos a los turistas.
Aunque podría poner ejemplos de distintos países, como Tailandia o Filipinas, las fotos que veis, son mercados de Vietnam, que descubrí en mi último viaje al país en las que visité el sur del mismo con mi amigo Alberto, que fue un insuperable anfitrión. Que conste que todos son mercados sobre tierra, ya que de mercados flotantes en Vietnam ya hablé cuando mencioné el de Cai Rang.
La diversidad de productos, la forma de mantenerlos, el constante movimiento y la cantidad de labores realizadas de forma artesanal son un conjunto de factores que hacen que el simple hecho de pasear por estos mercados o quedarse observándolos sea una forma de entender muchas cosas del país en cuestión. También en los mercados se desarrollan ciertas actividades realmente interesante, por ejemplo, esta señora estaba haciendo lápinas de arroz que después servirán de envoltorio comestible para dulces, para hacer rollitos o como papel.
Lo más impresionantes son las «carnicerías» donde se pueden observar todo tipo de animales cortados y listos para ser cocinados: roedores, serpientes y hasta perro. No obstante, he preferido no subir fotos de este estilo y he subido sobre todo las que corresponden a puestos de frutas, verduras, legumbres, etc…
Otra cosa que me fascina es que la actividad de estos mercados dura desde el amanecer hasta altas horas de la noche, las familias prácticamente viven en ellos, y la mayoría de los niños y niñas, al acabar sus deberes escolares también colaboran. Espero que os gusten las fotografías.
La ciudad de Ho Chi Minh (ホーチミン市), la antigua Saigón, es el centro empresarial y financiero de Vietnam. Aunque la capital, por razones culturales y históricas, sigue estando en Hanoi, aquí es donde podemos observar el mayor movimiento empresarial y desarrollo económico.
Su nombre actual, se debe al revolucionario comunista Ho Chi Minh, que lideró las guerrillas contra los japoneses y los franceses y consiguió poner rumbo a la unificación del país (durante la Guerra de Vietnam). Aunque el no lo llegó a ver, ya que se consiguió en el 1975 y él murió en el 1969. Actualmente es considerado como uno de los héroes de la historia reciente vietnamita.
Curiosamente, esta ciudad es más grande que la capital del país, y con solo por sus calles se nota la diferencia y que hay un movimiento diferente al de hanoi. Por ejemplo, aunque el tráfico sigue siendo caótico, se ven más coches (aunque las motos siguen siendo las reinas del asfalto). De la misma forma, nos encontraremos con mayor frecuencia con sedes de empresas y oficinas. Eso sin contar de la cantidad de superficies que hay en construcción, lo que indica que la ciudad va a seguir cambiando muy rápidamente en poco tiempo. Otros punto a tener en cuenta es la vida nocturna (la más animada del país) y el ocio (que cada vez ofrece más alternativas) y el desarrollo de las comunicaciones.
A pesar del crecimiento frenético que está experimentando la ciudad, aún se cuida mucho las tradiciones religiosas, que se siguen llevando a cabo en los diferentes templos budistas de la ciudad. En conclusión, esta ciudad es una de esas que te invitan a perderse, a vivirla y a disfrutar de su gente… eso sí, parando de vez en cuando en uno de sus múltiples café para darnos un descansito. Para los que vayáis a venir pronto, aquí os dejo una completa guía, cortesía de Alberto Moreno.
Comienza el día… y con él… el movimiento en cada rincón del delta del Mekong. Miles de personas viven del río y en el río, como una parte más de su ecosistema… Nosotros partimos en una pequeña barca desde un humilde pueblo a las afueras de Cần Thơ (donde habíamos pasado la noche, a las orillas de unos de los brazos fluviales) y nos dirigimos hacia el mercado flotante de Cái Răng ( カイラン水上マーケット ), el más grande y agitado de los de la zona… y, también, el más popular…
Mientras los niños van en barcazas al colegio por otros brazos del río ( muchos de ellos con la bici a bordo)… los mayores, hasta los más ancianos, se dirigen a su quehacer diario sobre las aguas… pequeños agricultores, van remando en su barca a vender los productos recolectados a embarcaciones mayores… saben a cual dirigirse porque, estos barcos más grandes, cuelgan en sus mástiles lo que les hace falta para completar su mercancía, según la demanda de los mercados en tierra.
Algunos niños no han ido al colegio hoy… ayudan a sus padres pelando la fruta y ofreciéndosela a las otras embarcaciones, sobretodo a las de viajeros, ya preparada para comerla… si el calor se hace muy agudo, ellos mismo comerán la fruta y prepararán otra, así, ni la fruta pelada se seca, ni ellos pasan sed…
La vida sigue en el ajetreado mercado, hasta su cierre a las 9 de la mañana, momento en el que comercio se trasladará desde el río, a los mercados sobre tierra firme… cumpliendose así un ciclo en el que el río Mekong es la base… Gracias, Alberto por ser mi guía en esta espectacular experiencia… 🙂
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